Es genial saber reírse de una misma.
Recuerdo una vez que iba por la calle, camino a casa d una amiga. Dos manzanas antes de llegar un papel en el suelo me derribó. Lo pisé y, como un dibujo animado, volé por los aires y aterricé en el suelo.
Lo primero que hice, estando aun tirada en la acera, fue reírme y un chico que iba delante mío hizo lo mismo. No me importó, al fin y al cabo la escena era muy divertida. Me levanté entre carcajadas y seguí caminando con una sonrisa en la boca.
Cuando llegué a mi destino se lo conté a mis amigos con lágrimas en los ojos de la risa. Porque está bien reírse y sobre todo si es de una misma.
Disfruta de la vida y cuando caigas aprende a levantarte y reírte de lo ocurrido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario