domingo, 29 de enero de 2012

Envidia...


La envidia se puede observar desde dos puntos de vista: desde el punto del envidioso y desde el punto del envidiado. Y ambos los puede resolver la misma mente.


A mi parecer existen dos tipos de envidia: la sana y la insana. Cuando sentimos envidia sana es incluso beneficioso, pues nuestro interés no es dañar a la persona que envidiamos, sino que la tomamos como un modelo a seguir para alcanzar nuestras propias metas. ¡Ojo! He dicho nuestras propias metas, debemos tener en cuenta que quizá no vamos a conseguir exactamente lo mismo, pues no somos iguales.


En el caso de sentir envidia negativa, plantéatelo ¿de verdad es necesario? Cada persona tiene sus defectos y sus virtudes, que te gusten las virtudes del prójimo no significa que las tuyas no sean buenas, es más, seguro que alguien envidiará las tuyas.


La envidia es un tumor que te consume hasta quedarse con lo peor de ti, y sintiéndola jamás llegarás a ser feliz, ¿por qué? Porque el no llegar nunca a tener lo que los demás si tienen te hará desdichado.


Por otro lado, el ser envidiado puede ayudarnos a darnos cuenta de que tenemos algo bueno en lo que no habíamos caído. La envidia la puede generar cualquier cosa, tanto la belleza física como algo tan simple como una camiseta bonita, en cualquier caso debes sentirte afortunado por que alguien haya observado esa cualidad en ti.


Pero no siempre resulta tan satisfactorio un envidioso, pues en muchas situaciones esa persona pretenderá joder, por decirlo claramente. Hay mucha serpiente deseando atacar con su lengua viperina, aunque es bien sabido que los que más dicen son los que más tienen que callar. Aún y con todo hablan.


¿Qué hacer? Muy sencillo, pasar. Tú sabes quien eres y lo que tienes, no dejes que nadie te arruine un buen momento ya que la más dura de las ofensas es la indiferencia. Deja que se muerda su lengua y se consuma en su propio veneno. No rebajes tu nivel de felicidad por nada ni nadie.


Y es que como ya dijo Napoleón “La envidia es una declaración de inferioridad”.

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