sábado, 21 de enero de 2012

El cojo

En muchas ocasiones queremos controlar, no sólo nuestra vida, sino la de los demás y todo lo que nos rodea. No nos damos cuenta de que hay cosas que son incontrolables.


Está bien tener un cierto orden en nuestra vida, un control, sin llegar a ser obsesivo. Pero el resto de personas va a dirigir su propia vida tal y como tú diriges la tuya y eso es irremediable.


Me preguntaron una vez: “¿Cómo anda un cojo? - Cojeando - Respondí. Bien, y ¿cómo baila ese mismo cojo? - Cojeando.” Una lección más por aprender. Un cojo tendrá esa anomalía física sea cual sea el lugar en que lo pongas, y si aceptamos su cojera, ¿por qué no aceptamos las acciones de los demás? Al igual que al cojo, no podremos cambiarlos, no está en nuestra mano.


Por tanto, vive tu vida aceptando como son los demás y no te llevarás decepciones. Cambia la melodía de tu mundo cuantas veces quieras, pero no pretendas que los demás bailen a su son.

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