miércoles, 4 de enero de 2012

¿Cómo alcanzarla?

Conozco un ejercicio que me enseñó un amigo, algo muy sencillo que nos ayuda a encontrar la paz interior. A mi me ayudó mucho y a otras personas le ha sucedido lo mismo.


Todo lo que nos hace falta es una superficie plana: una cama, un sillón, el propio suelo, pero sin coger frío, ¡eh! Que luego vienen los resfriados. Bien, nos tendemos en posición horizontal allá donde nos sintamos más cómodos, cerramos los ojos y respiramos. Respiramos profundamente. Si en ella podemos emplear la parte baja de los pulmones mejor que mejor, es decir, que en vez de hincharse el pecho se hinche la barriga, es mas relajante. Sino no pasa nada.


Una vez hecho esto despejamos la mente, no hay problemas, no pienses en ellos, simplemente siente lo que estás haciendo. Siente como el aire va entrando por tu nariz, como se van llenando los pulmones y tu cuerpo va reaccionando a esa entrada de vida. Como lo expulsas por la boca y vuelve a entrar, simplemente siéntete. Haz lo que te pida el cuerpo y sobre todo no dejes de pensar en lo que haces, es la manera más sencilla de disipar los problemas. Siente tu cuerpo, siente tus brazos, tus manos, ¡están ahí! Siente tu tronco, tus piernas y tus pies, ¡están! Hay muchos que no los sentirán, eres afortunado.


Pero sobre todo… siente tu vida, ¡ahí está! Otros no son tan dichosos. Siente como bombea el corazón, como fluye la sangre por tus venas. ¡Estás vivo! No se me ocurre otra forma de ser feliz.

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