... a respetar en lugar de soportar. Porque cuando soportas estás aguantando una carga que tú mismo te impornes.
Cuando soportas te irritas por el comportamiento que puedan tener los demás por no llegar a hacer las cosas como a ti te gustaría que las hicieran o como tú mismo las haces.
Cuando soportas piensas que los demás pueden llegar a cambiar por verte aguantando lo que no deberías aguantar y te decepcionas cuando no lo hacen.
Cuando soportas esperas que los demás también soporten tus comportamientos y les reprochas por haberlo hecho tú cuando no te lo han pedido siquiera.
Cuando soportas no eres feliz.
En cambio, cuando respetas no te impones cargas, simplemente aceptas que cada uno tiene su espacio de actuación y que los demás tienen el mismo derecho que tú de hacer lo que más les guste.
Cuando respetas simplemente buscas tu propio espacio si lo que están haciendo en el otro te molesta.
Cuando te respetas a ti mismo y respetas a los demás tienes otra perspectiva de la vida, una perspectiva más feliz.
¡Buenas noches lectores!
sábado, 23 de febrero de 2013
sábado, 16 de febrero de 2013
Alcanzar la verdadera felicidad...
Alcanzar la verdadera felicidad exige producir una transformación en las perspectivas, en la forma de pensar, y eso no es tan sencillo. Para ello es preciso aplicar muchos factores diferentes desde distintas direcciones. No se debería tener, por ejemplo, la idea de que sólo existe una clave, un secreto que, si se llega a desvelar, hará que todo marche bien. Es como cuidar adecuadamente del propio cuerpo; se necesitan diversas vitaminas y nutrientes, no sólo uno o dos. Del mismo modo, para alcanzar la felicidad hay que utilizar una veriedad de enfoques y métodos, superar los variados y complejos estados negativos. Podemos cambiar y transformarnos pero sólo a través del entrenamiento. En la práctica budista existen varios métodos para mantener una mente serena cuando sucede algo perturbador. La práctica repetida de ellos nos permite llegar al punto en el que los efectos negativos de una perturbación no pasen más allá del nivel superficial de nuestra mente, como las olas que agitan la superficie del océano pero que no tienen gran efecto en sus profundidades.
- Dalai Lama -
martes, 12 de febrero de 2013
¿Camino? a la felicidad
Últimamente he estado leyendo, aprendiendo y meditando acerca de el camino hacia la felicidad. Hay gente que considera que hay un solo camino, incluso he oído decir que no hay camino a la felicidad, que la felicidad es el camino. Son muchas las opiniones.
Entonces, si me cuestiono esto, te preguntarás ¿a qué viene escribir este blog con semejante nombre? Verás, desde un principio tenía clara la idea, lo que me faltaban eran las palabras. Por ello, ahora que las tengo, volveré al principio de los tiempos y explicaré mi concepto de "Camino a la Felicidad".
Realmente creo que no existe un único camino, hay cientos, incluso miles, millones, puede haber tantos caminos como personas en el mundo, pues cada uno concibe su propia idea de felicidad. De lo que sí estoy segura es de que no hay una ausencia de camino, pues muchos requieren de un aprendizaje para ser felices, ya que no conocen más que el sufrimiento y les cuesta pensar si quiera que existe un estilo de vida diferente.
De lo que también estoy segura es de que el camino es largo, aunque hay atajos, pero estos no duran un instante. Quiero decir que, en primer lugar, se debe diferenciar entre lo que consideramos felicidad y lo que entendemos por alegría. Los instantes son alegres, la vida es feliz. Alegre estás en un momento dado en que te ha sucedido algo positivo, la felicidad, en cambio, es un modo de vida perpetuo. Puede haber alegría es una vida feliz, pero también puede haber instantes de dolor y sufrimiento, pues son necesarios para aprender de ellos y fortalecernos. No existe vida sin dolor, pero ante él se puede elegir aceptarlo y entender la lección que nos brinda o torturarnos.
Dicho esto, te preguntarás ¿por qué se llama el blog "Camino a la Felicidad" si sabemos que hay más de uno? Porque éste es mi camino a la felicidad. Aquí publico mis aprendizajes sobre mi propio recorrido con la esperanza de que pueda ayudar a muchos a encontrar el suyo propio.
Muchas gracias a los que me leen y como siempre digo: con ayudar si quiera a una sola persona a hallar su camino a la felicidad me doy por más que satisfecha.
Entonces, si me cuestiono esto, te preguntarás ¿a qué viene escribir este blog con semejante nombre? Verás, desde un principio tenía clara la idea, lo que me faltaban eran las palabras. Por ello, ahora que las tengo, volveré al principio de los tiempos y explicaré mi concepto de "Camino a la Felicidad".
Realmente creo que no existe un único camino, hay cientos, incluso miles, millones, puede haber tantos caminos como personas en el mundo, pues cada uno concibe su propia idea de felicidad. De lo que sí estoy segura es de que no hay una ausencia de camino, pues muchos requieren de un aprendizaje para ser felices, ya que no conocen más que el sufrimiento y les cuesta pensar si quiera que existe un estilo de vida diferente.
De lo que también estoy segura es de que el camino es largo, aunque hay atajos, pero estos no duran un instante. Quiero decir que, en primer lugar, se debe diferenciar entre lo que consideramos felicidad y lo que entendemos por alegría. Los instantes son alegres, la vida es feliz. Alegre estás en un momento dado en que te ha sucedido algo positivo, la felicidad, en cambio, es un modo de vida perpetuo. Puede haber alegría es una vida feliz, pero también puede haber instantes de dolor y sufrimiento, pues son necesarios para aprender de ellos y fortalecernos. No existe vida sin dolor, pero ante él se puede elegir aceptarlo y entender la lección que nos brinda o torturarnos.
Dicho esto, te preguntarás ¿por qué se llama el blog "Camino a la Felicidad" si sabemos que hay más de uno? Porque éste es mi camino a la felicidad. Aquí publico mis aprendizajes sobre mi propio recorrido con la esperanza de que pueda ayudar a muchos a encontrar el suyo propio.
Muchas gracias a los que me leen y como siempre digo: con ayudar si quiera a una sola persona a hallar su camino a la felicidad me doy por más que satisfecha.
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